Hola amigos lectores de
momentoeco de nuevo estoy por aquí. Hoy os traigo un post de los que más me
gustan a mí, esos que conforme vas leyendo dan lugar a que os formuléis nuevas
preguntas sobre vosotros mismos y vuestra forma de vivir.
¿Qué es la felicidad?
La felicidad como muchos sabéis
es algo totalmente subjetivo, es decir, depende de cada persona, pues cada uno
puede encontrar la felicidad en una cosa o persona diferente. Por tanto, ya os
adelanto que no os daré aquí la fórmula mágica para que la encontréis, sois
vosotros mismos en un viaje de introspección para con vuestra persona quien ha
de ir descubriéndolo.
¿Qué se entiende por felicidad?
Si todos pensamos un poco en qué
sería la felicidad, creo que coincidiríamos muchos en que ésta es un equilibrio
emocional en el que la persona hace frente a sus emociones negativas,
apoyándose en las positivas, sin que esto suponga un estado de bipolaridad cada
vez que se pasa de un estadío a otro. Es decir, sería vivir aceptando cada una
de las caras de la vida sin que ninguna de ellas altere en demasía nuestra
persona.
Sin embargo, la vida en constante
evolución, nos presenta ante otros escenarios en los que la felicidad es otra
cosa. ¿A qué me refiero? Pues bien, hablo de cómo las redes sociales, los
medios de comunicación, las modas, y los nuevos sistemas educativos, económicos
e incluso políticos nos influyen de tal forma que si preguntásemos a la mayoría
de personas hoy día y constatándolo con un estudio realizado por Harvard que
comenzó en 1938 y se ha dilatado durante más de 75 años en los que se ha realizado
un seguimiento a 724 personas de todas las edades, podríamos afirmar, junto a
la evidencia de los resultados obtenidos por el director de dicho estudio Rober
Waldinger, que si preguntásemos hoy día qué se desea para ser feliz, el 80%
diría riqueza y el 50% fama.
Sin embargo, bajo mi humilde
opinión creo que ni la riqueza ni la fama mejoran nuestro bienestar, no son
relaciones saludables para nuestra persona sino que nos hacen pasar por la vida
con un gran vacío, con una soledad devastadora. Seguro que habréis oído
testimonios de gente que lo tiene todo en cuanto a posesiones y que cuando en
su soledad se desmorona ese mundo de
cristal, de apariencia y superficialidad, no tiene nada.
Entonces… ¿cómo puedo ser feliz?
Mirad la receta de la felicidad
como dije al principio es personal, depende de cada uno, cada uno le aporta su
toque personal con los ingredientes que cree que le pueden hacer mejor, pero como
todas las recetas, tiene un modo de preparacion en común a la de los demás.
¿Cuál es?
ACEPTACIÓN, OPTIMISMO Y GRATITUD
para iniciar el CAMINO.
Aceptación porque en ese viaje de
introspección que os comentaba es de vital importancia aceptar. Aceptarse a uno
mismo, ser conocedores de nuestras debilidades y trabajar en ellas para ser
mejores, así como de nuestras fortalezas y sacarles partido. Aceptar a los
demás por lo que son. La vida no es algo que podamos controlar y aceptar las
cosas como vienen, luchar por las que se pueden cambiar y tener resiliencia
para hacer frente a las que no, es muy importante.
Parece algo sencillo pero el
trabajo de aceptación con uno mismo y con los demás es un reto que puede llevar
mucho tiempo, no te frustres.
Optimismo, porque de la actitud
con la que nos enfrentamos a la vida depende nuestro paso por ésta. Por difícil que sea, hay que aprender a encontrar lo bueno de cada situación, os
prometo que si lo hacéis lo encontraréis.
La belleza colateral siempre está oculta, trata de encontrarla. Si
consigues ser optimista te ayudará a enfrentarte a esa cara de la vida menos
buena con más energía y motivación.
Gratitud.
Hay que hacer un ejercicio mental necesario
para ser conscientes de todo cuanto tenemos y agradecer por ello cada día.
Somos muy afortunados de poder vivir la vida cada día, de vivir el presente.
Hazlo.
Una vez hayas conseguido estas
tres primeras premisas te invito a que inicies “el camino a la felicidad”. Pero
antes debes preguntarte 3 cosas…
¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿Con
quién? (Te invito a leer: LAS TRES
PREGUNTAS de Jorge Bucay)
En la primera pregunta debes
encontrarte a ti mismo, es un viaje que ya tienes iniciado con la aceptación y
en el que debes continuar buceando para conocerte. En la segunda, busca un
sentido a tu vida, el propósito que te da autorealización. Y en la tercera,
suelta y recibe. Abre tu alma a tu verdadero compañero de ruta.
Las dos primeras son más
personales, pero en la tercera quiero extenderme un poco.
Para ser feliz hay que ser selectivo,
hay que rodearse de relaciones saludables, como he comentado anteriormente, la
fama y la riqueza no son para mí relaciones saludables, para mí una relación
sana son los vínculos sociales con compañeros de trabajo, amigos, familia y
como no, con tu compañero/a de vida. La calidad de estas relaciones generará tu
felicidad y te alejará por contra de la infelicidad, por ello, se selecto y
escoge a los mejores.
Los mejores no son otros que aquellos
que te hagan sentir vivo, con quienes te diviertas, quienes te contagien
bienestar y huye, huye de quienes absorban tu energía, corten tus alas, borren
tu sonrisa y pongan límites a tus sueños.
Y una vez en esa última fase
pregúntate… Si mañana todo acabara, ¿repetiría lo que estoy haciendo hoy? Si la
respuesta es afirmativa, enhorabuena, has conseguido tu propia receta.
Disfrútala!
Un saludo.
Hasta pronto.
0 comentarios:
Publicar un comentario