Hola amigos lectores, tenía ganas
de hacer este post. Creo que en el momento en el que vivimos este tema está de
auge y que sería bueno que compartiéramos nuestras impresiones acerca de él.
¿La perfección existe? ¿la has
visto? ¿cómo puedo conseguirla? ¿cómo es? ¿cuesta mucho?
Para mí la perfección no existe y
no solo no existe sino que conforma uno de los grandes males de nuestra
sociedad actual.
Solo podemos ir mejorando día a
día, basándonos en las experiencias que vamos viviendo en el proceso de nuestra
vida, enfocándonos en nuestras debilidades tratando de mejorar un poco cada
día, sin obsesiones.
¿Por qué digo que es el gran mal
de nuestra sociedad?
Porque se nos exige buscarla sin
descanso en una obsesión de que siempre se puede mejorar y mejorar con el único
fin del capitalismo, del consumismo desmedido. Nos hacen creer que si llevamos
la ropa de nueva colección, compramos los productos de belleza que anuncian en
todas las cadenas televisivas, hacemos el viaje que está de moda, tenemos el
móvil de última generación o nos sometemos a los tratamientos estéticos más
pioneros conseguiremos esa ansiada perfección. ¿Pero cuál es el resultado? El
resultado son personas frustradas, personas insatisfechas que cuando consiguen
cualquiera de los citados objetivos que acercan a la perfección y ven que no la
consiguen, se llenan de decepción.
¿Qué ocurre entonces?
Caemos en la trampa de la
perfección, somos incapaces de aceptarnos perfectamente imperfectos y cada vez
nos encontramos más insatisfechos con nosotros mismos por lo que se vuelve a
iniciar el consumismo en esa lucha interna por ser perfectos. De nuevo no se
vuelve a conseguir porque como os he dicho ya, la perfección total no existe y
lo extrapolamos a otros ámbitos de nuestras vidas.
¿Cómo nos afecta?
La persona que busca la perfección
de una manera obsesiva no sólo va a encontrarse con frustración,
insatisfacción, decepción, tristeza y apatía frente a sí mismo y a lo que
muestra hacia los demás, sino que además lo extrapolarán a sus relaciones
personales, ya sean de amistad, familia o pareja, en las cuales siempre
encontrarán que los demás, desde esa visión de su obsesión perfeccionista, siempre serán mejorables, siempre cometerán errores y por tanto,
querrán cambiarlos al no encontrar en ellos lo que para ellas mismas ansían.
¿Cómo ser perfectamente
imperfectos? Sin obsesiones.
Hay que utilizar el sentido común
y el optimismo, fijar objetivos reales y buscar expectativas acordes, teniendo
en cuenta siempre la aceptación de nuestra propia imperfección y la de los
demás. Buscar nuestra humildad, trabajarla y ser constantes. Para la mayoría de
situaciones que la vida nos presenta no es necesario ser perfectos, solo hay
que ser reales, dadas las circunstancias, hacer lo que hagas lo mejor posible y
valorar que la otra persona también lo hace de igual forma. Ama tu caos.
(Os invito a leer: EL MUNDO AZUL.
AMA TU CAOS de Albert Espinosa)
Nos vemos en la próxima.
Hasta pronto.