Buenos días lectores de momentoeco hace algún tiempo que no nos leemos por aquí y, aunque muchos de vosotros me habéis contactado por otras vías, desde hoy me gustaría que eso cambiase y pudiéramos volver a hacerlo en este espacio.
Para retomar nuestros post os traigo un tema que creo que será de mucho interés para todos pues es algo que la mayoría utiliza y que se ha incrementado más aún en el último tiempo debido a la pandemia que estamos viviendo y a la imposibilidad de seguir con nuestras relaciones sociales con normalidad entre otras muchas cosas. Se trata de las Redes Sociales.
¿Evolución?
Hemos pasado de las señales de humo, los jeroglíficos, los telegramas, la magia de comprar un sello, escribir una carta a mano para alguien especial, enviarla con ilusión y esperar que llegue con incertidumbre…viajar y comprar una postal para posteriormente enviar, dedicar o simplemente recordar como repaso de tu viaje e incluso la forma en la que se construyen los vínculos como el amor a … las redes sociales.
Actualmente, las redes sociales son un reflejo de nuestra sociedad. Queremos algo y lo queremos para <<YA>> necesitamos esa inmediatez imperante para todo que no le da valor a nada. Nos negamos a esperar, a esforzarnos, a ser constantes, a vivir la incertidumbre del proceso y lo cambiamos por la rapidez del click que evita colas, esperas, que manda un mensaje y automáticamente recibe uno de vuelta, que quiere un producto y lo compra sin desplazarse, que suprime el contacto físico, las relaciones humanas íntimas, el <<face to face>> y en definitiva, la realidad vs lo virtual y/o digital. Y, aunque no podemos negar la comodidad que todo esto supone en muchas ocasiones o las múltiples ventajas de su uso hoy vamos a hablar de la parte menos buena.
Perfiles más identificados en las redes sociales. ¿Tú cuál eres?
Como os decía somos muchos los que utilizamos las redes sociales, un uso que se ha incrementado durante la pandemia por la imposibilidad de conectar con nuestra familia, amigos, compañeros, pareja y en definitiva con las personas que queremos.
Pero…¿cómo se usan las redes sociales?
Desde mi punto de vista y como siempre intento, siendo lo más neutra y objetiva posible, hay 4 perfiles claramente identificables a los que les pondré nombres metafóricos para que los comprendamos algo mejor.
- El teatrero de la felicidad: este perfil englobaría a todos aquellos individuos que con un uso ideal de sus redes necesitan mostrar su vida constantemente a través de una red social para sentirse socialmente aceptados, porque necesitan los “likes” como alimento para engrosar su ego, para reafirmarse con su vida y sus pasos, pero en realidad nada de lo que comparten es tan idílico como parece y detrás de ellos se esconden perfiles con múltiples carencias de las que hablaremos más tarde.
- El espía de confianza: estos perfiles recogerían a todas aquellas personas que únicamente tienen redes con el objetivo de saber de la vida de los demás. Serían esos perfiles con pocas o ningunas publicaciones pero múltiples amigos ¿a que sabes de qué te hablo? La sensación de estas personas es un impresionante falso control sobre la vida de los otros llegando a tener la sensación de conocer a esa persona sin conocerla o tener potestad sobre su vida.
- El rastreador: este perfil recoge a todas aquellas personas que hacen una traducción insana de los demás perfiles, ya que no perciben lo que ven como una ventana donde se muestra aquello que quieren que se vea sino como lo que debe ser, llegando a compararse, devaluarse y sentir una insatisfacción constante para consigo mismos en relación a los demás. Este es uno de los más peligrosos en cuanto a pérdida de autoestima y amor propio se refiere.
- El motivado: por último este perfil une a todas aquellas personas que usan sus redes para mostrar una o varias partes de su vida, sin desvelar la parte que cada cual considera más íntima y que siguen un sentido lógico en cuanto a lo que piensan y hacen tanto en lo virtual como en la realidad. Este perfil es quizás al que menos le influyen los demás perfiles. Su uso tiene más de motivación personal para seguir potenciando esas facetas que precisamente estaría haciendo públicas que de dejarse influenciar.
No obstante, cabe destacar que existen tantos perfiles diferentes como sujetos individuales y subjetivos existen y no quiero desde aquí etiquetar u ofender a nadie. Simplemente es una mera apreciación global de la mayoría.
Ahora bien, una vez hemos conocido cómo estamos evolucionando y con qué perfil nos podemos identificar posiblemente cada uno de nosotros, vamos a conocer las consecuencias de todo esto.
Consecuencias.
Las consecuencias de las redes sociales darían para múltiples post creo que hay infinidad de carencias detrás de cada perfil pero me voy a centrar en algunas que creo comunes a todos.
Soledad
Dicen que es aterrador estar rodeado de muchas personas y sentirse solo. En muchos casos las redes sociales son un reflejo de esto.
La soledad no es que sea dañina porque disfrutar de momentos de soledad elegidos es realmente fantástico, el problema es cuando evitamos enfrentarnos a nuestros momentos de soledad porque pueden derivar en melancolía, malestar, agobio, sentimientos depresivos y paliamos esto con un uso excesivo de redes sociales, con consumir el amor en lugar de vivirlo y con rellenar vacíos de nuestra propia vida con la que muestran los demás.
Mala calidad de relaciones sociales
El uso excesivo de redes sociales provoca inevitablemente la incapacidad de establecer vínculos humanos reales. Es imprescindible el contacto físico, el cara a cara para crear lazos afectivos. Es realmente llamativo cuando en una reunión se ven a todas las personas de una mesa interactuando con sus móviles en lugar de verbalizando entre ellos y más aún, cuando hay veces que incluso están comunicándose entre ellos por redes aún estando físicamente presentes.
Se prefiere estar en línea que fuera de la red hablando con alguien.
Falsa satisfacción
Anteriormente hablábamos de las personas que necesitan los “likes” como alimento para su ego. Pues bien, esto proporciona una falsa satisfacción pues cuando la persona abre sus redes y experimenta la sensación de tener varias notificaciones, se siente importante, atendida, seguida, influyente pero esa sensación es voluble e insegura. ¿Qué pasará el día que no exista ese feedback? O mejor aún, una vez que se leen esas notificaciones ¿a qué se reduce la vida de esa persona? No podemos dejar nuestro bienestar en manos del exterior o tendremos un serio problema de dependencia emocional.
Adicción
Esto parece algo muy extremo pero os aseguro que nada más lejos de la realidad. Existen múltiples de personas adictas a las redes sociales. De hecho os invito a ver un documental en Netflix que se llama “El dilema de las redes sociales” donde los mismos creadores de estas apps restringen el uso a sus familiares conocedores de los peligros que entrañan.
La adicción es una compensación de todas las carencias anteriores, una soledad mal gestionada, malas relaciones sociales, una falsa sensación de satisfacción y un uso excesivo.
Para que puedas reconocer si eres una persona adicta te daré algunos ítems.
- - 8 de cada 10 amigos de tus redes son personas totalmente desconocidas para ti.
- -Te pasas más de 2h mirando la pantalla de tu móvil únicamente usando tus redes sociales.
- - Necesitas estar en contacto permanente llegando a angustiarte mucho la idea de no poder conectarte o publicarlo.
- - Eliges tu pantalla antes que relacionarte cara a cara.
- - Reduces otras actividades para completar más tiempo en las redes.
- - No haces ninguna actividad en solitario.
Como siempre pongo a vuestra disposición los comentarios
para debatir acerca de esta entrada y para sugerencias para nuevas entradas del
blog.
Aprender a vivir con la soledad y enamorarte de la libertad que hay en ella cada día quizás sea una forma de felicidad…
Hasta pronto.
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